domingo, 10 de enero de 2016

CUARENTA AÑOS NO ES NADA... Peleas de gallos en Ciudad Rodrigo.

Shalom, lectores. Decía un historiador local, hace muchos años, que los habitantes de Ciudad Rodrigo, como naturales de un pueblo regido por el Dios Marte, eran de natural belicosos y dados a las cosas de las armas. Quizás sea mucho decir de un pueblo cuya máxima fatalidad histórica ha sido la de verse continuamente mezclado en disputas territoriales con nuestros vecinos portugueses o en algún que otro conflicto promovido por el afán de "grandeur" de los del piso de arriba. Lo cierto es que, una vez perdido el importante componente castrense de esta plaza, capitalidad militar de la Provincia incluida, y como diría Hernández Vegas: "...desaparecida, últimamente, hasta la pequeña guarnición que, como de limosna, se nos había dejado", ese presunto "natural belicoso" de los mirobrigenses hubo de encauzarse hacia otras modalidades de lucha que, incruentas para el hombre, tienen como protagonistas, no a mariscales ni brigadieres, sino a los "hermanos animales", que diría el poverello de Asís.

            Así, dejando a un lado la secular afición a los toros en estas tierras, vamos a hablar hoy de una práctica que, al menos para este pobre Lumbroso que les habla, le era totalmente desconocida: las peleas de gallos en Ciudad Rodrigo.

Recorte de una crónica taurina de Gregorio Corrochano en ABC (17-09-1935)
            Siendo, como decíamos más arriba, nuestra ciudad hasta los primeros años del siglo relevante plaza militar, no es extraño que esta afición hubiese sido importada por alguno de aquellos bizarros soldados que marcharon a Cuba a defender el ya decrépito y agonizante pabellón del Imperio Español contra los "insurrectos mambises", en sangrienta y patética guerra en la que España gastó, en frase de Cánovas del Castillo "...hasta el último soldado y hasta la última peseta".

            Veamos algunos recortes de La Voz que nos hablan de esta práctica. El primero es una entrevista con el entonces Delegado Sindical Comarcal, Ángel Morales, "...uno de nuestros más veteranos galleros, farinato, heredero en estas lides de aquellos Aparicio y Villasante, que mantuvieron largos años la afición a este deporte gallístico en nuestra ciudad". En la mencionada entrevista, aparecida en el nº 39, el 5 de Abril de 1953, el Sr. Morales nos habla del proceso de selección de los gallos: "A los cinco o seis meses se seleccionan los machos y se "cortan", es decir, se les secciona la cresta (...) Como quiera que al pollito ya le empieza la sangre a "hervir", es necesario, inmediatamente, enjaularlos, al mismo tiempo que se les afeita la cabeza, cortándoles, al paso, los pendientes (...) Pasados ocho meses, es lógico que las puyas o espolones rebasen los veinte milímetros, y entonces pierden la denominación de "pollos" para convertirse en "jacas", pudiendo presentárseles ya en el circo, pelados de pescuezo, muslos y lomo...".Como se ve, los sufrimientos de un boxeador en un gimnasio son pecata minuta, si los comparamos con las "perrerías" que sufren los gallos para llegar a ser auténticos "hombres de provecho".
 
Pelea de gallos.

            El siguiente recorte es una nota publicada en el nº 99, el día 6 de Junio de 1954: "El pasado día 30, y en el Salón Madrid, tuvo lugar la segunda tienta de gallos, que viene organizando el futuro Club Gallístico de Ciudad Rodrigo. Ha despertado gran animación y el local se encontraba completamente lleno de público. Fueron tentados dos pollos de la gallera de D. Juan Aparicio, uno de D. Santos Gómez y otro de D. Gabriel Hernández "Carabinas", que dieron un excelente resultado, apreciándose en todos ellos buena casta y aptitudes (...) Este Club se está organizando nuevamente por haber decaído la afición que existía hace más de treinta años, gracias al decano de la fiesta, D. Juan Aparicio, que ha sabido conservar aquella casta de antaño". Para alguien, como quien les habla, que sólo ha conocido las peleas de tarántulas en los fosos (modalidad "deportiva" muy en boga entre los niños de entonces), causa asombro la existencia de esta afición en Ciudad Rodrigo, aunque más extraño aún parece el intento de consagrar en nuestra ciudad las ¡carreras de galgos!. En una entrevista realizada en el nº 60, el día 30 de Agosto del 53, el entonces Alcalde, D. Joaquín Martín Báez, manifestaba, refiriéndose al "futuro" campo de deportes: "Tenemos la intención de terminarlo para el próximo otoño y quedará magnífico, con campo de baloncesto, piscina, CANÓDROMO, tenis, fútbol y pista de atletismo...". Visto lo visto, quizás el proyecto debió ser menos ambicioso, ya que, si bien es cierto que "El que no llora no mama", no lo es menos que "Quien mucho abarca, poco aprieta".


            Nada más por hoy. Feliz semana y Mazel Tov.   

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